martes, 27 de enero de 2009

LA PASARELA A LA LIBERTAD

Puesta de sol el lago Puelo mirando hacia el ceroo Motoco

Valle del río azul desde el Bolsón


Mi familia y yo



Mi familia



El abuelo Fernado y yo





Puesta de sol mirando hacia el norte












Buenas de nuevo amigos





Ya se que llevo días sin actualizar el blog, pero es que no dispongo de mucho tiempo. Había pensado en abandonarlo momentaneamente, pero mi famiia me ha pedido que lo siga y así lo he hecho. Muchas veces me gustaria tener un computador portatil, para poder plasmar y compartir los momentos tan intensos que estoy viviendo, aunque no haya palabras tan bellas y emotivas que los describan. Pero tambien pueden quedar guardados en una libreta, como se hacía no hace mucho tiempo, o simplemente en la memoria
El título de esta entrada hace referencia a la pasarela sobre el río azul que se ha de cruzar para llegar a la comunidad. Es una pasarela que separa dos mundos diferentes: el mundo supestamente civilizado del mundo de lo natural, de lo auténtico




Por aquí la vida sigue serena y placidamente. Cada día que pasa estoy más integrado en una comunidad que me ha acogido con gran cariño. Ahora, no me planteo lo que estoy haciendo como un voluntariado, sino como una escuela de la vida. Nunca pensé que llegaría a tener esta sensación. Cuando me planteé mi viaje, pensaba en las cosas que yo podría aportar, que les podría enseñar, en que les podría ayudar. Ahora la sensación es completamente opuesta. Ellos son los que me están enseñando, los que me estan ayudando. No obstante soy consciente que esta aventura esta próxima a su fin. Como ya os he comentado anteriormente, la gente mapuche es desconfiada (y no es para menos), no solo con la ente blanca sino entre ellos mismos. Están acostumbrados a una forma de vida diferrente, a vivir en soledad. Pero siempre estaré agradecido de la oportunidad que me ha dado la vida de poder compartir con ellos estos días.


Cada día que pasa me limito a obserbar, a aprender algo nuevo de su admirable forma de vivir y de afrontar la vida luchando de igual forma que hicieron sus ancestros por sus derechos


Cada día suceden acontecimientos que te enseñan que la vida no es tan complicada y que no se necesitan muchas cosas para ser feliz. Son pequeñas cosas que te llenan de felicidad y de alegría.


Pequeñas cosas como jugar con Anita y con Nahuel a tirar piedras a una botella, a hacer carreras por el bosque, a cantar canciones sin sentido, a bailar al ritmo de dos palos, a que te expliquen cuentos de niños cargados de imaginación, a jugar a estar aburridos,.... a jugar con niños




Pequeñas cosas como cabalgar a lomos de la yegua del abuelo con Santi, riendonos a pecho partido, por el simple de hecho de ir completamente descontrolados. Y mientras, Nahuel y Anita, tumbados en el césped, siguen el juego y rien abiertamente.




Pequeñas cosas como que el abuelo, Francisco, te invite a tomar mate en su casa y te explique sus historias cargadas de sabiduría y porque no, también de fantasía, y te preste su yegua para que la puedas disfrutar...






Pequeñas cosas como que Lili te enseñe a aleborar pan casero y te hable sobre su problemática con un sistema corrupto por el simple hecho de ser de otro color, por ser mapuche. Bueno, en este último caso ya no es una cosa pequeña


Como veis no son grandes aventuras que llenarían el diario de un gran viajero, pero su intensidad y su emotividad no tienen igual


Y así, pasan los días en la comunidad. Simplemente colaborando con los quehaceres de cada día y disfrutando de cada monmento


Bueno amigos, por el momento esto es todo


Un abrazo muy grande


Javi

4 comentarios:

pipe dijo...

Gracias por continuar tu blog.
Con él me han llegado las carcajadas de Santi y tuyas montando a la yegua, y he recordado la risa irresistiblemente contagiosa de tu niñez y adolescedncia. Traela contigo a tu vuelta.
Imaginandote jugando con los niños, he querido recordar una frase que dice algo así: "el hombre es lo que queda del niño que fue"

pipe dijo...

Estoy muy contenta por haber conocido a tu familia mapuche. A Rodi, Lily, Santi y Anita, se les ve muy bien en la foto, al abuelo no tanto.
Mi cariño para todos.

pukas dijo...

Petit, desde casa de papá yo también me alegro y te agradezco que sigas con tu blog; me encanta leerlo y hace que te sienta más cerca. Te quiero y un beso enorme para todas esas personas que están contribuyendo a tu felicidad.

Doctor Mario dijo...

Alucinante